Comunicación política: a pensar en el 2021

[ARTÍCULO]

A pocos días de la votación, no queda otro camino que confirmar que estamos frente a unas elecciones para el Congreso peruano 2020 sin brillo. Un panorama desalentador para lo que se supone es una especie de transición que la mayoría – según encuestas – reclamaba. Nadie estaba preparado para unas elecciones aceleradas: ni los partidos, ni los candidatos, ni los comunicadores. El resultado es una campaña aburrida, y peor aún, mala.

Esperemos que la desidia del electorado, por un lado, y una baja calidad en muchas de las propuestas y perfiles por el otro, no sean un presagio del Congreso que se viene. A estas alturas habría que bajar un poco las expectativas.  

Lo cierto es que hay poca comunicación política, y la que existe, resulta pobre. La franja electoral se desaprovecha con muchas producciones sin estrategia y de muy baja calidad. Partidos políticos sin propuestas de valor, con candidatos que suenan mas bien a estar en una campaña municipal ofreciendo más allá de lo que pueden realmente hacer, tanto por el rol al que apuntan como al tiempo por el que serían autoridad. ¿Estrategia electoral o desconocimiento de la función parlamentaria?

Como todo en la vida, siempre hay excepciones. Algunos partidos están haciéndolo un poco mejor, con algunas candidatas y candidatos marcando pauta y destacando, adoptando ideas clave que resuenan en el electorado, con una estructura ideológica definida, construyendo una historia detrás de sus propuestas, con productos audiovisuales que guardan cierta estética, y con actividad coherente en redes. Pero esto no es suficiente cuando el Congreso estará conformado por 130 personalidades. Al parecer, nada nos garantiza que estaremos elevando la calidad del debate y, por ende, el resultado final.

Es comprensible que a varios tomó por sorpresa este proceso electoral – y el propio cierre del Congreso – por lo que desde ahora esos mismos líderes y sus organizaciones políticas deben empezar a trabajar en la campaña 2021 donde no solo se juega la composición del Congreso y la Presidencia de la República sino también el futuro de la nación, o por lo menos, un periodo clave de cinco años. Nadie puede darse el lujo de perder más tiempo.    

Pensar en la próxima elección desde ahora podría ayudar. Se necesita tiempo y planificación para contar con los mejores cuadros y con una estructura que permita movilizar el voto. Para evitar los errores de fondo y forma que se aprecian en la actual campaña se necesita, entre otras cosas, eliminar propuestas vacías y alejadas al rol, centrarse en pocos mensajes, pero más potentes, olvidarse de campañas sin identidad y de aquellos equipos no cohesionados, sin ideología clara y con posiciones hasta contradictorias en materias fundamentales. Debe existir una propuesta de valor diferenciada. Así las cosas, se necesita una mayor presencia de profesionales de la comunicación.  

La informalidad de nuestro país nos señala a gritos que la campaña 2021 debe empezar ya, más allá de unos cuantos lanzamientos de potenciales candidatos presidenciales. Repetir la improvisación de ahora y carecer de estrategias de comunicación potentes pasará factura.  


Artículo de Hanna Houdali (https://twitter.com/houdali) publicado en VoxPopuli