La libertad digital que vamos perdiendo

[ARTÍCULO]

Paranoia de nuestros tiempos. Una pequeña pieza de plástico sobre la cámara de mi laptop es capaz de evitar que alguien me vea. No hay nada que ocultar, pero pareciera ser temor a ser visto o a ser escuchado. Una sensación que resulta ser más común de lo que uno cree. Es perder un poco de libertad a nivel micro.  Temor, al fin y al cabo.

A nivel macro, la cosa pinta peor. Los datos que revela el reciente informe Freedom on the Net 2019 presentado en Washington, D.C., así lo demuestran. La noticia no es alentadora: por noveno año consecutivo la libertad en Internet ha declinado a escala global.

Si bien sólo siete países de América Latina formaron parte del estudio, las 65 naciones consideradas representan al 87% de los usuarios de Internet en el mundo. De ese total, las condiciones han empeorado en 33 naciones con las mayores caídas registradas en Sudán, Kazajstán, Brasil, Bangladesh y Zimbabue. China es considerada por los expertos como el mayor abusador de libertades en Internet. Ante este escenario, la autocensura termina siendo, lamentablemente, una forma de defensa.  

El informe – resultado de tiempo y recursos del Freedom House, organización dedicada a la defensa de la democracia y que desde hace diez años es referente sobre el status de Internet en el mundo – hace un llamado de atención sobre el incremento de un autoritarismo digital que rápidamente se expande por diversas latitudes.

Las redes sociales, si bien han logrado dar voz a los sin voz, también exponen a los ciudadanos ante nuevas amenazas. Se registra un mayor monitoreo gubernamental de las actividades de los usuarios en distintas plataformas apoyado por la Inteligencia Artificial. Las intervenciones en elecciones pareciera ser ya una tendencia consolidada, con manipulación de entornos digitales, y la distribución de noticias falsas. Los procesos electorales y momentos de crisis están llenos de “fake news”.

Lo realmente sorprendente es que en 47 países bajo estudio se han registrado arrestos de ciudadanos ya sea por expresarse libremente sobre temas políticos, sociales o religiosos. Un número récord.

Pero no todo está perdido. Dieciséis países registraron algunas mejoras en el ranking, aunque marginales. Etiopía marcó el mayor incremento. Según el informe, se registraron pasos concretos tras la llegada al poder del primer ministro y reciente ganador del Premio Nobel de la Paz, Abiy Ahmed, quien eliminó la censura sobre 260 sitios web, promovió avances importantes para la defensa de la libertad de expresión y redujo los encarcelamientos por actividades en línea. Islandia, por su parte, lidera el ranking como el mejor protector de las libertades en la red. Un país que no impone restricciones al acceso, con conectividad prácticamente universal, y con una importante defensa de los derechos de los usuarios. 

El reporte ahonda en recomendaciones sobre lo que hay que hacer para mejorar el sistema. Desde incrementar la transparencia en la publicidad electoral, y la lucha contra el uso de los llamados bots en las redes sociales que solo buscan manipular las conversaciones y percepciones en redes, hasta la protección de elecciones de ciberataques con medidas nada digitales como el contar con cartillas de votación físicas como respaldo. También, se sugiere implementar mecanismo que aseguren una respuesta rápida ante amenazas de desinformación. Algunas de las empresas de entornos digitales ya empiezan a tomar acción como Twitter, bloqueando avisos políticos, o Google, restringiendo la forma en la que las campañas políticas identifican a sus audiencias, según recientes reportes de prensa.    

Aunque países como Perú, Chile o Bolivia no están considerados en la lista, los resultados nos permiten entender prácticas que no hacen nada bien a nuestra sociedad y que, de una manera u otra, han estado presentes en las crisis institucionales que aún afrontan nuestras naciones.

Así las cosas, la defensa de la libertad digital es justa y necesaria. La tecnología es una herramienta absolutamente poderosa para darnos mayor libertad de poder soñar, crear, trabajar y conectarnos a escalas nunca antes vistas. No puede convertirse en aquel enemigo invisible que te escucha, te mira y sigue tus pasos. Del temor nada bueno resulta.  

Artículo de Hanna Houdali (https://twitter.com/houdali) publicado en VoxPopuli